Puedo pensar todos los días y decirme a mi misma que no eres para mi, que no eres lo que necesito, que no eres lo que busco;
pero llegas y te recargas en mi pecho y me dices que sólo ahí eres feliz. ¿qué se hace ante eso?. Reconozco que estoy dependiente de tu dependencia, Con tu mirada de niño y encanto seductor,
me dices mil te quiero con tu silencio ensordecedor. Con tus brazos firmes me proteges de los demás, aunque no lo quiera me tienes, no puedo ir a ningún lugar.
Me gustas, me encantas, pero no eres para mi. Pero no te niego que me muero por ti.
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