Bastó una mirada para profundizar en el alma
conocer sentimientos callados, no hubo límites,
frente a ti, como el agua, cristalina, pura,
transparente, complaciéndose en reconocer,
eres tú, quien sació un deseo desenfrenado.
Ahora ese hombre que toco tus manos,
cuales rozaron su cuerpo a plenitud
sediento de amor, con besos ardientes,
llenos de una pasión desenfrenada, reclama,
esas caricias que le hicieron perder la razón.
Ven a apagar ese carbón cuánto quedó encendido
cual quema, arrasa, desangra el corazón
en el momento que la soledad arrebata,
sin promesas, ni compromisos, mi amor prohibido
te necesito, ya soy tuya, y tú eres mío.
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